Prácticas del lenguaje 7º - 04/08
La estructura de la narración
Todo relato, historia o cuento posee una estructura que es importante que
conozcas para poder comprender mejor lo que estás leyendo.
Dicha estructura, tiene tres partes importantes:
·
El inicio o introducción
En esta parte se presenta el lugar, los personajes,
la situación a la que estos se
enfrentan y se da un detalle del ambiente.
·
El desarrollo o conflicto
En el desarrollo se relatan los sucesos o acontecimientos que le ocurren a los personajes.
Generalmente se presenta un conflicto
que debe ser solucionado.
·
El final o desenlace
Como dice la palabra, el final es justamente cuando
sabemos cómo termina lo que se está contando; conocemos qué sucede finalmente con los personajes de la historia y
cómo se soluciona el conflicto.
ACTIVIDAD 1
·
Releé el cuento "El
regalo" y marcá el inicio, el desarrollo y el final.
El regalo de Ray
Bradbury
Mañana
sería Navidad, y aún mientras viajaban los tres hacia el campo de cohetes, el
padre y la madre estaban preocupados. Era el primer vuelo por el espacio del
niño, su primer viaje en cohete, y deseaban que todo estuviese bien. Cuando en
el despacho de la aduana los obligaron a dejar el regalo, que excedía el peso
límite en no más de unos pocos kilos, y el arbolito con sus hermosas velas
blancas, sintieron que les quitaban la fiesta y el cariño.
El
niño los esperaba en el cuarto terminal. Los padres fueron allá, murmurando
luego de la discusión inútil con los oficiales interplanetarios.
—¿Qué
haremos?
—Nada,
nada. ¿Qué podemos hacer?
—¡Qué
reglamentos absurdos!
—¡Y
tanto que deseaba el árbol!
La
sirena aulló y la gente se precipitó al cohete de Marte. La madre y el padre
fueron los últimos en entrar, y el niño entre ellos, pálido y silencioso.
—Ya
se me ocurrirá algo —dijo el padre.
—¿Qué?…
—preguntó el niño.
Y
el cohete despegó y se lanzaron hacia arriba en el espacio oscuro. El cohete se
movió y dejó atrás una estela de fuego, y dejó atrás la Tierra, un 24 de
diciembre de 2052, subiendo a un lugar donde no había tiempo, donde no había
meses, ni años, ni horas. Durmieron durante el resto del primer “día”. Cerca de
medianoche, hora terráquea, según sus relojes neoyorquinos, el niño despertó y
dijo:
—Quiero
mirar por el ojo de buey.
Había
un único ojo de buey, una “ventana” bastante amplia, de vidrio tremendamente
grueso, en la cubierta superior.
—Todavía
no —dijo el padre—. Te llevaré más tarde.
—Quiero
ver dónde estamos y adónde vamos.
—Quiero
que esperes por un motivo —dijo el padre.
El
padre había estado despierto, volviéndose a un lado y otro, pensando en el
regalo abandonado, el problema de la fiesta, el árbol perdido y las velas
blancas. Al fin, sentándose, hacía apenas cinco minutos, creyó haber encontrado
un plan. Si lograba llevarlo a cabo este viaje sería en verdad feliz y
maravilloso.
—Hijo
—dijo—, dentro de media hora, exactamente, será Navidad.
—Oh
—dijo la madre consternada. Había esperado que, de algún modo, el niño
olvidara.
El
rostro del niño se encendió. Le temblaron los labios.
—Ya
lo sé, ya lo sé. ¿Tendré un regalo? ¿Tendré un árbol? Me lo prometieron…
—Sí,
sí, todo eso y mucho más —dijo el padre.
—Pero…
—empezó a decir la madre.
—Sí
—dijo el padre— Sí, de veras. Todo eso y más, mucho más. Perdón, un momento.
Vuelvo enseguida.
Los
dejó solos unos veinte minutos. Cuando regresó, sonreía.
—Ya
es casi la hora.
—¿Puedo
tener tu reloj? —preguntó el niño.
Le
dieron el reloj y el niño sostuvo el metal entre los dedos: un resto del tiempo
arrastrado por el fuego, el silencio y el movimiento insensible.
—¡Navidad!
¡Ya es Navidad! ¿Dónde está mi regalo?
—A
eso vamos —dijo el padre y tomó al niño por el hombro.
Salieron
de la cabina, cruzaron el pasillo y subieron por una rampa. La madre los
seguía.
—No
entiendo.
—Ya
entenderás. Hemos llegado —dijo el padre.
Se
detuvieron frente a la puerta cerrada de una cabina. El padre llamó tres veces
y luego dos, en código. La puerta se abrió y la luz llegó desde la cabina y se
oyó un murmullo de voces.
—Entra,
hijo —dijo el padre.
—Está
oscuro.
—Te
llevaré de la mano. Entra, mamá.
Entraron
en el cuarto y la puerta se cerró, y el cuarto estaba, en verdad, muy oscuro. Y
ante ellos se abría un inmenso ojo de vidrio, ojo de buey, una ventana de un
metro y medio de alto y dos metros de ancho, por la que podían ver el espacio.
El niño se quedó sin aliento. Detrás, el padre y la madre se quedaron también
sin aliento, y entonces en la oscuridad del cuarto varias personas se pusieron
a cantar.
—Feliz
Navidad, hijo —dijo el padre.
Y
las voces en el cuarto cantaban los viejos familiares villancicos; y el niño
avanzó lentamente y aplastó la nariz contra el vidrio frío del ojo de buey. Y
allí se quedó largo rato, mirando simplemente el espacio, la noche profunda, y
el resplandor, el resplandor de cien mil millones de maravillosas velas blancas…
Fin
ACTIVIDAD 2
Ø Marquen con una X
las características que están presentes en el cuento "El regalo".
Los acontecimientos suceden
en un futuro próximo o remoto |
|
Los personajes no son
humanos |
|
Los personajes son humanos |
|
Se presentan adelantos
científicos |
|
Los acontecimientos suceden
en una realidad paralela |
|
Se describen realidades
futuras como el viaje interplanetario |
|
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